Alegoría de la Pasión
Nº Lote: 93
Sobre ramas de vid, y con un fondo de pan de oro, encontramos diferentes momentos de la Pasión de Cristo. Dentro de una composición simétrica, como escena principal podemos considerar la representación inferior identificada como "Tengo Sed", momento en el que uno de los soldados romanos bajo la atenta mirada de otro de ellos a caballo da de beber a Jesús mediante una esponja impregnada de agua y vinagre, siendo testigos la Virgen María arropada por San Juan, y María Magdalena a los pies de la cruz cerrando la composición la calavera de Adán. El primer medallón circular de la parte superior izquierda tiene como escena el momento en el que el ángel Egudiel conforta al Señor, cita que solo encontramos en el Evangelio de San Lucas y en la tradición apócrifa. A continuación se representa la flagelación de Cristo, momento en el que Jesús está atado a una columna y un sayón romano le inflige los treinta y nueve latigazos impuestos por Pilatos. El medallón superior derecho contiene la coronación de espinas, siendo cuando dentro del Palacio de Pilatos se le tranza una corona de espinas para su cabeza, se le impone un manto púrpura y se le da una caña a modo de cetro, en burla a su realeza como rey de los judíos. Volviendo a la zona izquierda el siguiente medallón contiene la presentación al pueblo, cuando Pilatos ofrece su liberación, el pueblo lo condena y el gobernante lava sus manos. Centra la composición la sexta estación del viacrucis, una de las tres caídas de Jesús en el Camino al Calvario, cuando Verónica enjuga el rostro del Señor - paño que aparece entre los dos medallones centrales- y el Cireneo lo ayuda a llevar la cruz. En el último medallón se realiza la elevación de la cruz mientras uno de los romanos termina de clavarlo. Iconográficamente la obra se completa con diferentes símbolos, muchos de ellos en referencia a las propias escenas descritas y otros de momentos que no aparecen como el gallo, por las negaciones de Pedro; la bolsa de las monedas de la traición de Judas; los dados de la repartición a suertes de la túnica del Señor; o el aguamanil con el que Pilatos se lavó las manos de sangre inocente. Podríamos entender la composición completa como una alegoría a la Crucifixión ya que remata la escena el acrónimo INRI. Probablemente el autor fusiona el árbol de la vid como otro símbolo alegórico más de Cristo y otorga espinas a las ramas en referencia a la coronación. La calidad de esta pintura de factura popular reitera la importancia devocional de la pintura novohispana. Caracterizada en este caso por el contraste entre la suavidad cromática y los colores intensos, además, de un buen manejo del dibujo y un conocimiento muy extenso de la representación de las alegorías y los símbolos cristianos como medio expresivo; algo muy arraigado en la pintura y las artes de Nueva España.