San Bernardo

Nº Lote: 543

Se adjunta certificado de D. Álvaro Pascual Chenel. Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Bolonia y en Historia por la Universidad de Alcalá de Henares. "Escultura que representa a San Bernardo, en actitud ascética, con una calavera en una mano y el libro en la otra. Los valores estéticos, así como las características técnicas, tipológicas y estilísticas que presenta, nos lleva a relacionar esta talla con el entorno madrileño del siglo XVII, más específicamente con los modelos, técnica y tipologías del longevo escultor de origen portugués Manuel Pereira. Nacido en Oporto de familia hidalga, se desconocen sus primeros años de formación, aunque se ha supuesto que tuviera contacto con algún escultor local, tal vez Antonio Coelho, el más destacado de aquellos momentos. Tampoco se saben los motivos por lo que abandonó su tierra. En fecha imprecisa llegó a Madrid, donde comenzaría a trabajar en el taller del ensamblador Matías González, que acabaría siendo su suegro. Este le introduciría en el ambiente artístico de la corte y específicamente escultórico, en él entraría en contacto con escultores de la talla de Antón de Morales, Antonio de Herrera, Juan Antonio Ceroni, en los que aún se mantenía el elegante estilo grandilocuente de Pompeo Leoni, que se convertirán en una de las características prototípicas también de Pereira, alejándose del mayor dramatismo y exaltación de Gregorio Fernández. A ello también cabría añadir las posibles influencias de algunos escultores del foco toledano, entre los que cabría mencionar a Juan Bautista Monegro y Giraldo de Merlo, con figuras reposadas y de elegantes pliegues, al igual que las de Manuel. Es característico un suave movimiento en sus figuras, de poses elegantes y acentuada verticalidad, con un estilo elegante y atemperado; un poso clasicista de equilibradas actitudes. Por otra parte, imprime a sus imágenes un marcado naturalismo y realismo, aunque sereno, sin los patetismos propios de la escuela castellana lo que, de algún modo, le entronca también con la sensibilidad andaluza de Martínez Montañés o el misticismo de Alonso Cano. La piedra fue uno de los medios plásticos en los que destacó y dominó a la perfección el escultor portugués, que combinó magistralmente con la talla en madera creando algunas de sus obras más emblemáticas e impactantes como el San Bruno de la Cartuja de Miraflores de hacia 1635. Estas y algunas otras esculturas dentro de la abundante producción que realizó a lo largo de su larga vida y prolífica carrera, sirven de patrón comparativo para poder plantear la atribución al maestro portugués la obra que nos ocupa. Cabe mencionar el importante conjunto para el convento benedictino de San Plácido de Madrid, de 1660-1661, con las imágenes para el crucero de la iglesia de San Bernardo, San Ildefonso, San Anselmo y San Ruperto, así como una imagen de San Benito para una de las portadas. Obras estas últimas que resultan especialmente cercanas a la que estudiamos. Comentario aparte merece también la policromía, aspecto consustancial a la plástica, estética y significación de la escultura barroca española. En este sentido, Pereira prestó atención y cuidado en este sentido, supervisando él mismo el policromado de algunas de sus obras. De hecho, está documentada su amistad y colaboración con algunos pintores cortesanos de primera fila con los que trabajó, caso de Jusepe Leonardo, Francisco Camilo o Luis Fernández".

Medidas: 65 x 35 cm
Autor: MANUEL PEREIRA (Oporto, 1588 - Madrid, 1683)
Tipo de objeto: Escultura
Técnica: Madera tallada y policromada

Precio de salida: 12,000

Tipo de puja:

Nueva puja: 12,000

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